De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
| De la serie Superhéroes: | |||
| El Tio la Vara | |||
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| Nacimiento: | 1958 d.C. | ||
| Muerte: | Murio y revivio en un cura, con lo cual es inmortal. | ||
| Superpoderes: | Correr rápido, varear piernas con fuerza y atraer a sus enemigos con un reclamo de perdíz. | ||
| Debilidad: | La criptanita. Descubierta por el Capitán Fanegas. | ||
| Asistente | Nadie. | ||
| Notas: | De nada te sirve correr si va a por ti. Si te quedas quieto, todo acabará antes. | ||
«¡Sus viá crujir vivos! ¡A tós!»
~ Tio la Vara antes de hacer justicia
«TLV: ¿Sus habéis fijao cómo recorto en silueta? Frikis: ¡Sí, nos hemos fijado!»
~ Tio la Vara siendo aclamado por la multitud
«¿Es un pájaro? ¡No! Es... ¡El Tío de la Vara!»
~ Multitud de frikis aclamándole
«The poweer of the vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaa aaaaaara»
~ El tlv demostrando su poderio
El Tío la Vara fue un superhéroe de nueva generación cuyo objetivo fue acabar con la tontería creada por la humanidad en todos estos años. Su verdadero nombre era Eladio Guardiola, un hombre de campo de Alcafrán, normalmente tranquilo y pacífico. Ni siquiera cuando D. Marcial le capó el hurón a mala leche (no era zoofílico). Pero todo hombre tiene un límite. Ay como le alteras. No entiende de modernidades ni de nada ajeno a sus labores del hogar, pero si le provocas... Las tonterías, las gamberradas y las pijadas provocan al animal. Provocan a la bestia. Cuando hace falta vendimia, cuando hace falta sensatez y cuando hace falta un leñazo bien dao, llega el Tío la Vara.
Tras su deceso, fue fundada la Patrulla Alcafrán, un grupo dedicado a sus enseñanzas y objetivos.
En 1976 en algún pueblo de madri de cuyo nombre quiero acordarme llamado Alcafrán, Eladio trabajaba con su padre en mitad del campo, pero llegaron unos tontacos que decían ser periodistas y se pusieron a hacer la clase de pijadas que provocan a los aguerridos hombres del campo. El padre de Eladio fue a echarlos de la linde, con tan mala fortuna que pisó uno de los cepos para ñus que había colocado. Aparentemente no era tan grave, si no fuera porque en el cepo había colocado una jartá de sacos de veneno (y eso que no había ñus en Madri). Mientras agonizaba, Eladio fue a socorrerlo, pero era demasiado tarde. Su padre le dio una vara que había pertenecido a su padre, al padre de su padre, al abuelo de su padre y a su padre y al suyo. Con esa vara tendría la misión y la responsabilidad de vengarle acabando con la tontería en el mundo a base de varazo y tentetieso. Se hizo fuerte. Se hizo ágil. Se hizo invisible. Se hizo resbaladizo. Se hizo un bocata de mejillones. Se hizo... (redoble de tambores) ¡El Tio la Vara! (todos los viernes en La hora de José Mota).
Pero los tontacos de la sociedad, que componían el cotarro dominante, emprendieron acciones legales contra El Tío la Vara, alegando que los varazos de fresno aplicados por el susosdicho no encajaban con la justicia, y que para eso estaba Águila Coja. Entonces el Tío, a sabiendas de que la opinión pública estaba contra él, desapareció para siempre.
No sé cuántos años más tarde, el coronel Truman (sí, el de doctor Kabuto, y sobre todo a su vieja vara, ocurrió ¡el retorno del Tío la Vara! (y como siempre, en la hora de José Mota).
Llegando a Alcafrán, un travesti que decía ser prima de Nemesio Tornero lo inculpó de la expulsión de su primo, con poca respuesta por parte de Eladio. Pero cuando El Tío encontró a su esclavo sexual informador Burriegas le informó sobre un suceso curioso: un tío de militar y otro de pringao enterrando a otro. Tras achacar a Fanegas como culpable, fueron a increparle en su tómbola. Al día siguiente de la discusión Fanegas acudió a casa de Eladio, cheira en mano, a echarle las tripas en una banasta' mimbre, pero fue burlado por un aparatejo del doctor Kabuto, lo que ocasionó que Nemesio decidiese hacerse alcalde. Cuando Eladio fue a desenterrar el cuerpo del sheriff, el FBI lo apresó y lo llevaron a juicio. Cuando todo parecía perdido ante los embelecos jurídicos de Nemesio, su primo Eugenio Guardiola logró salvar la situación y el Tío la Vara reanudó sus varazos de fresno, para deleite de sus fans. Pero un duelo entre el Tío y el Capitán Fanegas fue acordado y lo sabremos en el próximo episodio.
La tonteria en el mundo se iba acabando, a ver si me comprendes, y solo quedaba un tontaco al que varear bien, sí, y ese era el Capitán Fanegas. En días anterioeres, Eladio se había estado entrenando con un maestro de kung fu, del que aprendió (pero no usó) el Camuflaje Vivo no Jutsu.
Eladio llegó al lugar del combate y la lucha comenzó. En una dura batalla con Fanegas, entre las que se intercambiaron espadas, varas, puños y poderes de cámara lenta, Eladio estaba a punto de vencer al vil Fanegas, pero éste usó su afición por la tierra para lanzar un puñado a los ojos de Eladio y arrebtarle la katana. En duros momentos para el Tío, Fanegas se dedicó a tajarlo con la espada por múltiples sitios; pero cuando iba a asestar el golpe final entre malévolas risas de victoria, Eladio invocó al poder de la Vara y recuperó su arma a tiempo de hundir la vara de fresno en el estómago de Fanegas. Momentos más tarde, se desplomaron uno encima del otro y murieron.
En el epílogo, la lápida de Eladio Guardiola fue mostrada. Aún te esperamos, Tío la Vara, para acabar con la tontería en el mundo otro día. ¡Nooooooooo! ¡Habéis matado al Tío la Vara!
A simple vista Eladio parece un espantajo con un palo de fresno de lo más vulgar. Pero es mucho más que eso: debajo de su pacífica apariencia, se oculta un hombre de poder colosal a usar contra la tontería del mundo. Por ejemplo, cuando un octavo sentido la dice que algún tontaco está haciendo de las suyas, sus poderes sobrehumanos le permiten viajar de Cuenca a Bruselas en cuestión de segundos, lo que explica sus espectaculares entradas. Cuando halla a su enemigo, lo persigue a corta distancia asestando varazos a sus piernas para ralentizarlo, y cuando el tontaco se halla en el suelo el Tío comienza a fustigarlo metódicamente con su arma hasta que el individuo aprende la lección y le agradece los palos. El miedo hace que se lo piense dos veces antes de hacer otra tontería.
El Tio la Vara trabaja a diario tranquilamente en su casa. Pero cuando es necesaria su intervención, corre a su garaje, donde cambia de forma, y a la voz de ¡Poder de la vara! sale al mundo a imponer justicia en él.
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